Hallo! Ich bin Francisco Veniard und studiere an der Pontificia Universidad Católica Argentina in Buenos Aires. Während des deutschen Studienjahres 2017-2018 habe ich mit einem Stipendium in Berlin am IDEAR-Programm teilgenommen. Ich arbeite gerade an meinem Abschlussprojekt in Buenos Aires, dem letzten Schritt vor dem Ende meines Studiums.

2016 lernte ich das Austauschprogramm durch eine Ankündigung (die ich derzeit in meinem Haus aufbewahre) auf einer Plakatwand der Universität kennen, die ein Jahr Studium und Beruf in Deutschland anbot. Zu dieser Zeit konnte ich kein Deutsch, und ich hatte nie geglaubt, dass ich das tun würde, und trotzdem beantragte ich das Stipendium. Die Möglichkeit, in Deutschland Ingenieurwissenschaften zu studieren, als deutscher Student in einem Unternehmen zu arbeiten und dort ein Jahr zu leben, gab mir den Mut, die Sprache zu lernen. Bei der Auswahl hat mir die Universität ein großes Vertrauen entgegengebracht. Und ich habe es nicht als Verpflichtung erfüllt, sondern weil die Erfahrung in Deutschland so vollständig und lohnend war, dass ich es ohne zu bemerken tat.

Als ich in Argentinien fast alle Fächer des Studiengangs bestanden hatte (mir fehlte nur eines), hatte ich die freie Wahl, welche Kurse ich belegen sollte. Diejenigen, die ich ausgewählt habe, behandelten Themen, die ich nicht in Argentinien studiert hatte oder weil ich den deutschen Standpunkt kennen lernen wollte. In der Berliner Hochschule für Technik gibt es viele Fächer, so dass ich einige im Verkehrswesen auswählen könnte, was mich interessiert. Parallel absolvierte ich einen Deutschkurs an der Universität.

In der zweiten Jahreshälfte absolvierte ich ein Praktikum bei Hochtief, einem führenden deutschen Bauunternehmen in Europa und der Welt. Die Baustelle, auf der ich arbeitete, bestand aus dem Ausbau der Autobahn A100 der Berliner Umfahrung in Trog- und Tunnelbauweise sowie einer nebenan liegenden Bahnstrecke, die sehr ähnlich zu einer zeitgleichen Baustelle in Buenos Aires ist. Die Arbeit erlaubte mir, die Unterschiede in den konstruktiven Techniken an beiden Orten zu vergleichen, abgesehen davon, dass ich an einem Bauwerk dieser Größenordnung Erfahrungen sammeln konnte, die mir bisher fehlten. Außerdem war es eine sehr intensive Ausbildung in Deutsch, da auf der Baustelle oder im Büro keine andere Sprache gesprochen wurde. Zuerst war es sehr schwer, aber ich habe es später sehr geschätzt!

Der Austausch war mein erster Aufenthalt in Europa, und aus diesem Grund bedeutete dies noch mehr Lernen, da ich viele Dinge sehen konnte, die in Argentinien unserer Meinung nach nie funktionieren würden, aber sie brauchen nur den Mut, sie umzusetzen. Es war auch eine Zeit großer persönlicher Entwicklung, da ich zum ersten Mal alleine lebte.

Zurück in Buenos Aires bekam ich eine Stelle im Bereich Special Projects des Verkehrssekretariats von Buenos Aires, wo ich gerade an meinem Abschlussprojekt arbeite. Zwei in Deutschland erworbene Merkmale waren für die Erlangung der Arbeit von entscheidender Bedeutung: Wissen und Selbstvertrauen. Das Wissen hat mir geholfen, einen Vorschlag zu machen, der in unserem Land sehr kühn ist, aber an deutschen Universitäten als gemeinsame Tatsache studiert wird. Und das Selbstbewusstsein, in einem so anspruchsvollen Umfeld zu arbeiten, hat mir sehr geholfen: Nachdem ich 100% auf Deutsch gearbeitet habe, scheint alles einfach zu sein, wenn auf Spanisch!

Die Erfahrung war aus persönlicher, akademischer und beruflicher Sicht von unschätzbarem Wert. Ich kann nicht glauben, dass ich irgendwann gezögert habe, mich zu bewerben. Heute könnte ich mich ohne diese Erfahrung nicht vorstellen, ich glaube, ich wäre sehr unvollständig. Aus diesem Grund danke ich den Mitgliedern des IDEAR-Programms, den Behörden der BHT und insbesondere den Mitgliedern der UCA für die einzigartige Gelegenheit, und ich hoffe, dass das Programm vielen anderen Studentinnen und Studenten beider Universitäten die Möglichkeit des Austauschs bietet.

¡Hola! Soy Francisco Veniard y soy alumno de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica Argentina de Buenos Aires. Durante el año académico alemán 2017-2018 participé del programa IDEAR con una beca en Berlín. Actualmente estoy realizado mi Trabajo Final de la carrera en Buenos Aires, el último paso antes de recibirme.

En el año 2016 conocí el Programa de intercambio a través de un anuncio en una cartelera de la universidad (que actualmente conservo en un cajón de mi escritorio) que invitaba a un año de estudio y práctica profesional en Alemania. En ese momento no sabía hablar alemán y nunca había creído que fuera a hacerlo, y sin embargo solicité la beca. La posibilidad de estudiar ingeniería en Alemania, de trabajar en una empresa como un alumno alemán más y de vivir allí un año me dio el coraje para lanzarme a aprender el idioma. Al seleccionarme la Universidad depositó en mí un voto de confianza muy grande. Y no lo cumplí por obligación, sino porque la experiencia en Alemania fue tan completa y gratificante que sin pensar cumplí con el mayor gusto y movido por el entusiasmo de encontrarme en Berlín con todo eso al alcance de la mano.

Como ya había aprobado casi todas las materias de la carrera en Argentina (me faltaba sólo una) tuve la libertad de elegir qué clases tomar. Las que elegí trataban temas que no había estudiado en Argentina o porque deseaba conocer el punto de vista alemán. En la Berliner Hochschule für Technik existen muchísimas asignaturas por lo que pude elegir varias sobre Transporte, que es el tema que me interesa. En paralelo realicé un curso de alemán en la Universidad.

En la segunda mitad del año realicé una pasantía en Hochtief, una empresa alemana líder en Ingeniería y Construcción en Europa y el mundo. La obra en la que trabajé consistía en la prolongación en trinchera y en túnel de la autopista A100 de circunvalación de Berlín, y una serie de obras ferroviarias anexas, muy similar a una que se realizó al mismo tiempo en Buenos Aires. El trabajo me permitió comparar las diferencias en técnicas constructivas en ambos lugares en dos obras muy similares, aparte de darme experiencia en una obra de esa magnitud, de lo que yo carecía. Además, fue un entrenamiento muy intensivo en alemán ya que en la obra y en la oficina no se hablaba en otro idioma. ¡Al principio fue muy duro pero luego lo agradecí!

El intercambio fue mi primera estadía en Europa, y por eso significó aun más aprendizaje, porque el sólo hecho de estar allí le abre a uno los ojos sobre muchas realidades en las que a veces ni siquiera se fijó, y al volver uno trae ideas que vio funcionar perfectamente de forma cotidiana, y que acá parecen imposibles. Para mí fue un momento de gran crecimiento personal porque fue la primera vez que viví solo, fuera de mi casa.

De regreso en Buenos Aires conseguí un empleo en el área de Proyectos Especiales de la secretaría de transporte de Buenos Aires, donde actualmente me encuentro realizado mi trabajo final. Fue crucial a la hora de obtener el puesto dos características adquiridas en Alemania: los conocimientos para presentar con naturalidad una propuesta que en nuestro país es muy audaz pero que en Alemania se estudia como un hecho corriente; y el aplomo adquirido en el trabajo en un ambiente tan exigente (luego de tener que lidiar con jefes y documentación en alemán, con sólo hablar en castellano parece que no hay problema que no pueda resolverse). Además de que una beca de estudio y trabajo en el exterior es un sello de garantía en un CV.

La experiencia fue invaluable desde lo personal, lo académico y lo laboral. No puedo creer que en algún momento tuve dudas de anotarme. Hoy no podría imaginarme a mí mismo sin esa experiencia, creo que estaría muy incompleto. Por eso mismo agradezco a los miembros del Programa IDEAR, a los directivos de BHT y especialmente a los de la UCA por la irrepetible oportunidad, y deseo que el programa continúe brindando la posibilidad de intercambio a muchos otros alumnos de ambas universidades.